En lo cuantitativo un empate fuera de casa, a priori, puede
parecer siempre un buen resultado pero a estas alturas de campeonato, con un
equipo al que en casa le cuesta ganar, no posibilita el salto en la
clasificación al que el equipo por juego se había hecho acreedor hasta hace unas
jornadas. Y debe quedar claro el matiz. Porque en lo cualitativo el partido de
Getafe sólo sirvió para acrecentar las dudas que ya generaron el partido contra
el Oviedo en San Mamés o el del Albacete del pasado martes. Si antes del parón
navideño los males del equipo se achacaban a la falta de frescura, el empate
contra un Segunda B se justificó por la falta de ritmo y el clásico juego
trabado que suelen plantear los rivales de inferior categoría. Sin embargo, lo
de ayer evidenció que algunos de los jugadores que habían sido clave en el
brillante juego del Athletic del mes de noviembre y parte de diciembre, están
ausentes.
Iker Muniain no carbura, no se le ve cómodo sobre el terreno
de juego; Ander Herrera no consigue erigirse en el catalizador de las jugadas
de ataque; de Marcos lleva dos encuentros consecutivos siendo sustituido por su
intrascendencia e Iturraspe sólo resulta insustituible para un Bielsa que parece
ver en el juego del de Abadiño mucho más de lo que los aficionados apreciamos.
Por si fuera poco, Susaeta sigue empeñado en pasar a la historia como el rey
del ¡Uy!, el emperador del ¡Casi!.
Todo ello contribuyó a presenciar un mal espectáculo en el
Alfonso Pérez, donde poco más del empate merecieron ambos equipos, igualados en
casi todo: posesión, faltas, tiros a puerta, ocasiones y hasta tiros al larguero,
uno para cada equipo.
Bielsa apostó por el mismo equipo que empató a cero en
tierras manchegas y consiguió que se desplegase un juego similar, sin
brillantez, alejado de lo que él propugna. Todo por la incapacidad del equipo
de controlar el balón, de dar un pase en ventaja al compañero, de jugar con
calma y sin precipitación. De hacer, precisamente, lo que consiguieron en una
brillantísima jugada en el primer cuarto de hora, que propició una ocasión
manifiesta de Iraola, marrada de mala manera, tras sacar mediante
varios toques el balón desde el área de Iraizoz hasta situarlo en la contraria. Pero fue un
espejismo.
Para la segunda mitad, en la que los locales empezaron
mandando, el entrenador rosarino volvió a repetir receta: pasar a
línea de tres centrales introduciendo a San José por de Marcos para buscar mejor presencia defensiva y mayor libertad
de los laterales. No fue solución a los males del equipo. No se generaban
llegadas a área rival, no existía profundidad ni velocidad en la circulación
del balón, las bandas no eran referentes y el cortocircuito del centro del
campo no tuvo arreglo en todo el encuentro.
Insatisfecho el cuerpo técnico, decidió remplazar a un
Toquero prácticamente inédito para dar entrada a Llorente en lo que fue la
única buena noticia del partido, su reaparición, aunque nada pudo hacer el de
Rincón de Soto ante la sequía de su equipo. La entrada posterior de Ibai, con
poco más de diez minutos de participación descuento incluido, resultó mera anécdota.
El consuelo, para el que lo requiera, deberá venir por la
solidez de un equipo que pocas veces pierde, que ha ganado en solvencia
defensiva con respecto al de inicio de temporada, al punto de convertir a Javi
Martínez y Amorebieta en los más destacados cada jornada. La cruz resulta
evidente: el Athletic ha pasado de tener un problema de falta remate, de
efectividad cara a puerta, a ser un equipo que no genera ocasiones de peligro.
Las medidas tomadas por el entrenador, además, no parecen
surtir efecto. La mera entrada de Llorente en el once, celebrada por todos por
su importancia, tampoco dará por sí sola solución al problema. Se antoja
necesario mayor dinamismo y velocidad. El juego de Muniain es el mejor sinónimo
del comportamiento colectivo.
Tres comentarios:
ResponderEliminar- Creo que necesitamos más presencia física en el centro de campo y tenemos a un centroampista con todas las cualidades y más en el centro de la defensa (Javi Martínez). En el puesto de central tenemos solvencia con jugadores como Ekiza o San José. No entiendo esta insistencia de Bielsa.
- Tenemos una sobredependencia de Llorente y eso nos pasa factura cada vez que está fuera. Toquero no vale para delanterio centro y no tenemos recambio. Para colmo al chaval Orbegozo se le cede al Nastic.
- Lo de Iturraspe no lo entiende nada. No convence a nadie más q al técnico. Tiene tanta calidad como frialdad (en sentido de falta de empuje, garra) en el campo.
Bici 17
Destacar la buena labor de Álvarez Izquierdo, de lo mejor del partido.
ResponderEliminarEstá realizando la mejor temporada de su vida y está en clara progresión.
Bici 17, el hecho de que esta plantilla esté mal confeccionada se debe a una herencia del pasado. El mercado vasco es escaso y en delanteros más aún. Si Aduriz se vendió y su regreso se está gestionando a cara de perro para no volver a pagar un sobreprecio, pocas alternativas existen.
ResponderEliminarSobre la presencia de Javi en el centro del campo existe casi unanimidad entre los aficionados, pero lo cierto es que la solvencia defensiva del equipo tampoco la cuestiona nadie. Yo tampoco veo a Iturraspe como un jugador que esté acumulando demasiados méritos para gozar de la confianza ciega del mister, al igual que Susaeta, pero Bielsa parece que es de apuestas firmes.
Para la delantera yo he echado de menos cierta cintura el entrenador, alguna apuesta más original, basada en variaciones tácticas, no sé, apostar por Muniain entre líneas y más centrado, por ejemplo.
En lo que respecta al comentario del Anónimo me suena su estilo y la sorna que esconde su comentario. Que repase el vídeo y mire si no hay un penalti a Llorente hacia el final del partido. Lo complicado con Álvarez Izquierdo, además, era que empeorase. Cuando tu nivel raya con la nada absoluta no hay margen para empeorar.
Suele realizar arbitrajes calamitosos, por eso me sorprendió su actuación.
ResponderEliminarRespecto a la jugada de Llorente que comentas no te puedo dar mi opinión porque no la recuerdo.
En cualquier caso me gusta más quedarme con el conjunto de una actuación que por acciones concretas.
Un muy buen termómetro de la actuación del colegiado suele ser si le nombras en la crónica o no. Si no es así suele ser muy buena señal. Al César lo que es del César, a Álvarez lo que es de Álvarez.
Soy quien crees.
Apuntar también que la venta de Aduriz se hizo con la perspectiva de que un año después se iba a fichar a un muy buen delantero como era Díaz de Cerio que por aquel entonces andaba como un tiro.
ResponderEliminarDespués ya sabemos la desgracia que le ocurrió al bueno de Iñigo.
No digo que estuviera de acuerdo con la venta de Aduriz, pero sí hay que tener en cuenta este aspecto.