Ya era hora. Por fin. Una victoria y, sobre todo, la
sensación de que otro fútbol es posible, a pesar de que quede un mundo entre lo
observado ayer y lo que este equipo ha sido capaz de desplegar en otras
ocasiones. Pero sí celebrar que se recuperaron, al menos, ciertas sensaciones.
Por ejemplo las llegadas a área rival, constantes, con dos
bandas que percutieron como hacía partidos que no se veía, aunque con los
problemas de finalización que ya se conocen, esos a los que te condena la
desesperante falta de pericia de Susaeta, de Marcos y Muniain, participativos,
entregados, pero excesivamente desacertados.
El Athletic fue de menos a más en la primera parte, lo que
en sí ya es una noticia en un equipo que ha ido de poco a nada en los últimos encuentros.
Planteó un partido basado en la intensidad y en la velocidad, en ese dinamismo
que tanto se ha echado de menos en demasiadas ocasiones.
Evidentemente no es
cuestión de afirmar ahora que el equipo esté recuperado, ni mucho menos, pero
sí que el vestuario habrá tomado nota de que en tres enfrentamientos contra el
Málaga en poco más de una semana ha sido capaz de no perder e, incluso, ganar
en el momento preciso.
Valverde se la jugó menos de lo esperable, en un claro gesto
hacia la galería, que mayoritariamente no hubiese entendido no apostar por el
torneo del KO, ese que consigue reverdecer viejos orgullos en Bizkaia. Tirar la
Copa, como algunos insinuaban, hubiese sido señal inequívoca del
empequeñecimiento de la ambición de una entidad que resurge en las
competiciones por eliminatorias. Y si no, que los que abogaban por dedicarse
únicamente a achicar las aguas del bote liguero, pregunten si el nivel de
autoestima de la plantilla es hoy superior al de ayer por la mañana.
Poco a poco, aunque a trancas y barrancas, el Athletic se
mantiene en febrero vivo en tres competiciones, si bien con los deberes por
hacer en Liga, con una plantilla condenada a la falta de refuerzos, que
obligará a Valverde a demostrar la categoría que se le supone como entrenador y
sacar provecho de un plantel que hace un año no generaba dudas.
Y empiezan a intuirse en Txingurri algunas rectificaciones,
por leves que puedan parecer. Por ejemplo, y tras demasiado tiempo, probar a
Beñat en la que parece su posición natural acompañado de San José, donde ambos
cuajaron una actuación decente, especialmente el arratiarra, que permitió
albergar esperanzas de que lo que tuvo aun lo retiene. La jugada del gol, por
ejemplo, demuestra que viendo el fútbol con algo más de panorámica, el exbético
aún conserva visión de juego y precisión con el balón en los pies. Esperemos
sepa aprovecharse en adelante.
Así las cosas, con una zaga bien plantada, la posición de
retaguardia del centro del campo asentada y un Aduriz que aprovecha lo que le
echen, el Athletic se valió para ser superior al Málaga, aunque jugó con fuego,
principalmente tras el uno a cero, cuando el partido se rompió más de lo que
debía, pasando una fase en modo correcalles que bien pudo costar un disgusto si
Velasco Carballo no hubiese seañaldao fuera de juego posicional en un gol
anulado al Málaga en que es discutible si existió influencia o no por parte de
un jugador malacitano que se encontraba por delane del balónen el momento del
pase.
Así las cosas, y con el equipo incapaz de obtener un segundo
tanto en diversas aproximaciones, el partido discurrió como lo hacen los
encuentros coperos cuando se rompen, con los dos equipos volcados en intentar
marcar, con un Málaga que procuro embotellar al Athletic, afortunadamente sin
grandes apuros para Herrerín.
La pena es que la situación liguera a la que ha llevado la
mala cabeza del grupo no permite saborear debidamente lo logrado y que haya que
empezar ahora a centrarse en sacar, como sea, adelante el partido del domingo a
la hora del Ángelus. A buen seguro que Valverde oxigenará el equipo dando
entrada a Rico y, probablemente, Iturraspe, y veremos qué sorpresas nos depara la
convocatoria y la alineación, ciertamente difíciles de prever.
Muniain participativo... pues me sigue exasperando, qué le vamos a hacer. Liderar un equipo no solo lo es a nivel talonario. Y si encima se le jalea cuando le cambian...
ResponderEliminarSorpresa agradable la de Beñat y San José (cómo cambian las cosas; ahora tiene hasta canción)... claro que el nivel estaba muy bajito.
Cambiando de tema, y hablando de animar, ¿qué te parece "Gure Kanta" de Josu Bergara? (Vale, admito que no soy imparcial, jejeje)
Yo reconozco, Iñaki, que lo mío con Muniain ya no es objetivo, no puedo con él, con ese fútbol, por llamarlo de alguna manera, intrascendente, y mira, ayer, en Valencia, peor aún, sin tan siquiera ayudar en tareas defensivas. Una decepción.
ResponderEliminarCon respecto a la canción de Josu Bergara... pues qué quieres que te diga, me da rabia que cualquier esfuerzo de estos cae en saco roto toda vez que San Mamés y la afición del Athletic nos hemos convertido totalmente comodones, sosos y previsibles.